Puede que haya dicho alguna vez,
que iba a cambiar
que iba a dejar de ser un bohemio
borracho, perseguido,
sin poder razonar
iba a dejar todo eso
volvería a recapitular
a tomarme las cosas con un gramo de calma
y dejar las noches, secuestrar el alma.
Que no podía posponer más
mis asuntos impersonales
cuando un hombre tiene que actuar
y para lo que nunca está listo.
¿Con qué autoridad, mujer,
me reprochas que te vaya a dejar,
si para ti ya no existo?
Y me dije en aquel momento
vamos a construir un futuro
mejor no apresar la verdad
pues ahora digo, que puestos a crear
mejor una canción sobre la libertad...
Golpea a las puertas, un ángel,
se marcha al sur dentro de poco
iría tras ella, pero aún no estoy tan loco.
El fuego de mi vida
está apagado
bendito el tiempo y su patrón,
que gracias a ellos
vuelvo a usar el corazón.
Y en cuanto acabe, de escribir esto,
que algún compañero,
ocupé mi puesto,
y le diga, a todo el mundo, que he vuelto.
Y me dije en aquel momento
vamos a construir un futuro
mejor no apresar la verdad
pues ahora digo, que puestos a crear
mejor una canción sobre la libertad...
Ahora dime, ¿me crees ya?
Sigo siendo ese pobre bohemio
¿sabes lo mejor?
Nunca he dejado el gremio.
(t.t)
"Nunca te tratare mal, nunca empezaré ningún tipo de escena. Te diré todos los sitios y personas donde he estado"
22 de octubre de 2012
Sangran las copas
Nunca me dijiste que
cambiara, por eso asumí que era lo que vos querías. Nunca más pude levantar el
hombro desde que me olvidaste, ni volver a querer, ni siquiera emborracharme
sin tartamudear tu nombre.
Mis labios secos de
amor te pronuncian en las noches lluviosas y mis uñas inmortalizan tu recuerdo.
Nunca me sentí tan inestable.
Estoy desierta sin tus
palabras de sustento a mi orgullo, nunca nadie me hizo tan feliz y al mismo
tiempo tan miserable.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)