Se hizo la hora final, ese momento justo en que un lapso se termina definitivamente, donde ya no existe la vuelta atrás ni la compasión. Tenía que dar girar la hoja por sentido común.
En
ese santiamén una temblorosa gota callo y rodó por mi mejilla, luego otra y
otra; volvió ese sentimiento de angustia, la dificultad para respirar, la inquietud el
mi cuerpo y todos los recuerdos. Los
besos, cuando te miré como si fuera la última vez con tanto cariño como a nadie
y mis ojos lagrimaban, te voy a extrañar, ¿vas a extrañarme? Solo eso decías,
mi respuesta fue concisa “como a nadie”.
Es que nada es eterno, ni admirable. ¿En
verdad me quisiste? Cuando intercambiábamos miradas, lo daría todo para volver.
Cuando estábamos en tu colchón dejando
el tiempo pasar sin decir nada, no era necesario hablar; y aun puedo sentir con fuerza tu mano sobre la mía.
Fue como un partido de Truco, aveces la suerte te juega a favor y sin darte cuenta se va.
"No pienses en mí pero tampoco te olvides"