5 de diciembre de 2012

Back to me, me, me.

 Aún recuerdo el mundo desde los ojos de una niña,
todo muy alto e inalcanzable,
besos de mamá y caricias de papá,
peleas con mi prima, sentarme en las piernas de mi abuelo.

Que mi abuela me maquille, me peine y me vista como una señorita, sus pañuelos.
El olor de las flores en la mañana.
Y aquella plantita de Albahaca que mi mamá usaba para condimentar la comida.

El sapo que se sentaba al lado de la puerta a la noche
y que un día mi nona aplasto con la escoba, como una bruja.

La niñera, la gaseosa y las galletitas,
que tanto me gustaban y ahora me dan asco.
Los vestidos rosas y las colitas,
que cuando crecí odié.

El viaje en la Kangu,
dormir todo el día,
levantarme y jugar con las barbies
¿Quien diría que al pasar el tiempo, quisiera ser como ellas?

Y al pasar el tiempo, nada parecía ser lo mismo.
Mi mamá era más histérica y mi papá se enojaba con más facilidad.

El abuelo que tanto adoraba, se casó con una maldita que yo anhelaba que desaparezca.
Mi prima se volvió grande y ya no visita mi casa todos los días, ni la frecuenta.
La casa se volvió chica y tuvieron que cambiarla

Un día una muchacha
apareció con deseos de conocerme, ella era mi hermana y yo no tenía idea.
La sorpresa fue tan grande, ¿Quien diría que esa persona años más tarde me traería problemas?
El olor a flores desapareció, como la nona.
La niñera estaba internada y jamas volví a verla.

Todo se esfumó en cuestión de cortos años y nunca más volvió,
aun el pasado esta vivo, pero hoy recuerdo como algo ya perdido.

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